En la avenida Santa Rosalía
Los vecinos prefieren tener servicios eficientes y no “fierros que nomás estorban”
Por Rafael Hernández Guízar
Habitantes de la avenida Santa Rosalía en Tonalá se quejaron de la presencia de bolardos que fueron instalados por el ayuntamiento.
Dijeron que son un estorbo y más que ayudarle les perjudican, pues hay accidentes vehiculares constantemente, por lo que señalaron que fue un mal diseño.
“Pusieron esa chingadera y la gente al dar la vuelta (en sus autos) se estampa porque no están acostumbrados, pero no nada más es eso, es que dejaron muy poco espacio para dar la vuelta, no se puede maniobrar fácilmente y si se cruza alguien o hay un bache o lo que sea entonces pues la gente indiscutiblemente se va a estampar en esas cosas, nomás vea como ya están todos chocados”, dijo uno de los vecinos molesto.
“A mí ya me tocó darle un tallón al carro al dar la vuelta porque me distraje un poco porque iba pasando una persona y entonces ya cuando quise torcerle no me quedó de otra más que pegar y pues esas son cosas que tenemos que pagar nosotros por esta pendejada que se le ocurrió a los del ayuntamiento o a los del gobierno del Estado, ya no sé quién carajos se le ocurrió, pero que vayan y las pongan afuera de su casa, por qué vienen y nos joden aquí, en vez de que arreglen, que pongan lámparas, que arreglen las calles, pero no, vienen y ponen estas chingaderas”, siguió.
Nosotros mismos fuimos testigos de como varios de los bolardos están afectados ya por la falta de costumbre o imprudencia de algunos conductores. Pero no solo es esto, los ciudadanos criticaron la acción, ya que hay muchas necesidades en toda la colonia y lejos de arreglarlas solo colocaron bolardos en algunas esquinas claves para la circulación.
“Mire, las lámparas yo digo, así como dice el señor, no se ve nada en la noche, mejor luz que esos fierros”, dijo la señora María de Jesús, otra de las entrevistadas.
“Eso sí se necesita, que arreglen y que pongan la luz porque como le digo, no se puede caminar, esta como boca de lobo y pues da miedo, esos pinches fierros que se los lleven, va a ver que al rato se los van a robar, aquí la raza es canija, los van a vender al kilo, de mí se acuerda si no”.
Los vecinos reclamaron al alcalde Sergio Chávez la falta de acciones en la comunidad, como alumbrado público, pues desde hace dos administraciones no se ha intervenido y paulatinamente las luminarias dejaron de funcionar.
También el servicio de recolección de basura es pésimo y la inseguridad mantiene a todos con miedo de salir de sus hogares.