Sigue línea de Alfaro en reprimir a comerciantes ambulantes, acusan

Por Rafael Hernández Guízar

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Teresita González Murillo, una de las comerciantes que fue removida de su lugar de trabajo por el mismo ayuntamiento tapatío, dijo que el alcalde Lemus Navarro sigue órdenes de Enrique Alfaro; le dicen que hay línea directa para no dejarla trabajar vendiendo hot dogs; la razón, hizo una manifestación hace seis años, cuando Alfaro era alcalde de Guadalajara/Fotos: Francisco Tapia

Comerciantes ambulantes, se manifestaron en el ayunta­miento de Guadalajara, califi­caron a Pablo Lemus Navarro de hipócrita insensible.

Teresita González Muri­llo, una de las comerciantes que fue removida de su lugar de trabajo por el mismo ayun­tamiento tapatío, dijo que el alcalde Lemus Navarro sigue órdenes de Enrique Alfaro y que tienen línea directa para no dejarla trabajar vendiendo hot dogs; la razón es una ma­nifestación en la que cuando Alfaro era alcalde de Guada­lajara, acusó la corrupción en aquel momento que se seguía en el ayuntamiento tapatío para la asignación de lugares.

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“Juan Manuel Munguía en lugar de darnos las cabañitas a los comerciantes que tenemos 40 años trabajando en el centro histórico se las dio a las franquicias, a las empresas de donas, de papas”, acusaron

Ella fue retirada hace casi dos meses de su sitio de tra­bajo, no pudo trabajar, le dio embolia y casi pierde la vida.

“Ya va para dos meses que no me dejan instalarme para trabajar en ningún lado, que porque dicen que son órdenes del gobernador Enrique Alfa­ro, que fue por la manifesta­ción que hice hace seis años, me levantaron hace dos meses de mi lugar de trabajo donde he estado cerca de 40 años, dijeron que eran órdenes del gobernador y que ya no me podía instalar, he estado bus­cando el diálogo y dicen que no se puede, que porque Pa­blo Lemus está muy enojado conmigo”, indicó.

Pero fue más allá: “Me re­gresaron mi equipo, pero me robaron cerca del 50 por cien­to de mi patrimonio, me roba­ron mis instalaciones de gas, me robaron mis quemadores, mis planchas, y la señorita de la bodega me dice que del trayecto de mi trabajo a la bo­dega, la cosas de mi puesto nunca llegaron y es increíble ver cómo existe la corrupción en esta administración”.

Indicó que la corrupción sigue fuerte en el ayuntamien­to. Que se beneficia a líderes de comerciantes para que sean ellos los que se queden con los espacios asignados para los comerciantes, “los úni­cos espacios que se toleran” en una zona prohibida por el reglamento de comercio en espacios abiertos.

“Juan Manuel Munguía, en lugar de darnos las cabañitas a los comerciantes que tene­mos 40 años trabajando en el centro histórico se las dio a las franquicias, a las empre­sas de donas, de papas, vayan y caminen el centro histórico para que vean, vean quien realmente tiene la posesión de esos comercios, yo me voy a quedarme aquí porque a eso es a lo que me ha condena­do el gobierno, a morirme de hambre, a morirme sin mi me­dicamento, gracias a que no tomé mi medicamento me dio embolia en mis piernas, por no tomarme un anticoagulante en tiempo y forma”.

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Los manifestantes pidieron al actual alcalde que no asuma los rasgos de represor que alcanzó el hoy gobernador –Enrique Alfaro– cuando fue presidente municipal tapatío

Acudió con pancartas la mañana de ayer al ayunta­miento. En ellas, sentenció que Pablo Lemus es injusto y que tiene línea directa contra ella; asimismo, que beneficia a determinados líderes quie­nes administran ilegalmente el comercio en las calles.

“Yo le quiero decir al señor Pablo Lemus que me regale 15 minutos de su atención, porque todo su personal me dice que fueron órdenes de él, yo a quién maté, a quién robé, porque todo mundo trabajó. A los líderes les ofrecieron tres cuadras de puestos con 200 pesos a la semana, y por qué a mí con mi puesto no me de­jan trabajar, a quién maté, yo quiero que salga el presidente municipal y me diga a quién maté o qué hice, por qué no me dejan trabajar”.

A ella la dejaron fuera de toda posibilidad de tener ingre­sos, lo más que logró sacar de la venta de comida fueron 100 pesos por día, en un sitio don­de pulula la inmundicia en las cercanías de la calzada Inde­pendencia.

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La exigencia de los comerciantes, como siempre, es depurar las oficinas de inspección y vigilancia, pues los trabajadores municipales han entregado los espacios públicos a empresarios

“Me dieron un lugar para trabajar que está lleno de excre­mento de indigentes, no vendí nada, me dijeron que fueron órdenes ponerme en un lugar donde no me vea, yo quiero que me digan por qué esos carritos los tienen los líderes, por qué no se repartieron de forma equita­tiva, por qué están rentando los carritos en tres mil pesos men­suales; los renta un señor Artu­ro, por qué hacen eso y no me dejan trabajar”.

Amenazó con quedarse en las afueras del ayuntamiento en huelga de hambre en tanto no le resuelvan un sitio don­de pueda ella trabajar como lo había hecho en el pasado y llevar así la comida a su casa.