Como un “gran laboratorio vivo”, explican

Fotografía relevante a la nota.

Además de constituirse como un espacio para la difusión de la naturaleza y su relación con las ciudades, el sitio albergará nutrias, peces, reptiles, mascotas y otras especies, para que la comunidad se relaciones con ellos y conozca su papel en la naturaleza y la ciudad/Foto: Especial

Nutrias, serpientes, aves y hasta mascotas (como perros y gatos) serán algunos de los ha­bitantes del Museo de Ciencias Ambientales (MCA), que ade­más de constituirse como un espacio para la difusión de la naturaleza y su relación con las ciudades, enfocada en Jalisco y el Occidente del país, también será una especie de zoológico.

En este gran “laboratorio vivo” habitarán especies ani­males endémicas de esta re­gión de México con el fin de conservarlos, reproducirlos y que tengan una relación cerca­na con visitantes a este recinto que se construye en el Centro Cultural Universitario (CCU).

Uno de los animales prota­gonistas será la nutria (Lontra longicaudis), que habita ríos de Jalisco como el Ayuquila, que corre a través de la región Sierra de Amula.

“La nutria sólo habita en espacios que están bien con­servados, con salud ecosisté­mica y que se están perdiendo; aunque es una especie que no figura en la Norma Oficial Mexicana como en alto riesgo, sí sabemos que los ríos están siendo dañados”, explicó el encargado de coordinar las ini­ciativas de sistemas vivos del museo, Marcos Vinicio Gó­mez Cervantes.

“Es un animal con en el que se podrá generar empatía, se podrá ver jugando, en recrea­ción en el nutriario”, que ten­drá que ver con la enseñanza de la salud de los ríos y lagos de Jalisco.

Según estudios de Juan Guillermo Adrián Brito Ríos, doctor en Ciencias en Biosiste­mática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agríco­las por el Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), se han identificado nutrias en las biósferas de Sierra de Manant­lán, de Chamela-Cuixmala; en la Barranca de Huentitán (del lado del Río Verde), la Presa La Vega, de Teuchitlán y la Laguna de Atotonilco, en Villa Corona.

Gómez Cervantes indicó que el nutriario será una de las últimas etapas de construcción del museo; sin embargo, no es el único que involucra fauna dentro de las galerías.

Mostrarán vida del mundo acuático al terrestre en las regiones

El también comunicador de la ciencia dijo que se prevé la presencia de 200 ejemplares de animales dentro del MCA.

Y ya se está trabajando para crear una exposición que entu­siasma mucho: un tanque con peces nativos de México, pero también uno que recreará cómo era el Lago de Chapala.

“La idea es que con espe­cies nativas se haga un pro­yecto con ellas. Sería un tan­que con la fauna de Chapala y cómo sería si no estuviera contaminado”, detalló.

“En cuanto a la Costa, ten­dremos un arrecife de coral y para el Altiplano estamos eva­luando porque puede ser que tengamos una serpiente”, aña­dió. “Para la montaña, que es un espacio que recrea un bos­que de niebla dentro del edifi­cio, habrá fauna viva que entre y salga, que es la de la ciudad que se va a acercar a los árbo­les”, compartió.

Dentro de ese bosque habrá una exhibición llamada Criatu­ras de la noche, que incluirá a los artrópodos como tarántulas, escorpiones y más.

“También hay fauna en la ciudad, ahora estamos diseñan­do cuáles serán. Hablaremos sobre cómo se ve a las cucara­chas, las ratas, pero también a otras especies como las mas­cotas, estamos viendo de qué manera se incorporan”, indicó.

De igual forma, dijo que habrá un espacio dedicado al campo, entorno de transición entre la urbe y los espacios naturales; ahí se hablará de las hormigas y otros animales que también inciden en la produc­ción de los alimentos.

Además, habrá fauna exóti­ca, de ésa que uno podría pen­sar que es endémica, pero que en realidad proviene de otras partes del mundo.

“Una de las premisas es acercar a la gente con los entes vivientes. Estamos revisando que tenga una vida digna, que sean pertinentes, que aporten a proyectos de conservación, que tengan un impacto positi­vo; así como la cuestión legal de su procedencia, que tengan tratamientos adecuados”, com­partió.

Mantienen vinculación para el cuidado animal

Atender a los que serán los inquilinos del museo no será tarea sencilla, por lo que se tiene una comunicación con expertos en fauna.

“El museo no está solo, es una plataforma y hay muchos procesos de planeación, ecodi­seño y trabajo en equipo. He­mos tenido consultas constan­tes con diferentes instituciones zoológicas, con especialistas del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agro­pecuarias (CUCBA) y más”, manifestó.

Informó que son los veteri­narios y especialistas quienes tienen la última palabra para decidir si cierto animal se in­corpora al museo o no, en fun­ción de sus necesidades y la capacidad de darles una vida digna en el recinto.

Para toda la adquisición de los ejemplares, externó, se tra­bajará apegados a la ley y se buscará que éstos sean anima­les rescatados o decomisados, con el fin de que el museo se convierta en su hogar con cali­dad de vida.

“Estamos pensando en pro­gramas que buscan darle una segunda vida a los animales, ya sea tras decomisos o resca­tes, o incluso fauna silvestre accidentada que no puede rein­tegrarse a su ecosistema; estos animales nos interesan de pri­mera mano”, abundó.

Recordó que los animales no siempre estarían en exhi­bición, pues contarán con pe­riodos de reposo. Para ello, la obra arquitectónica contempla espacios particulares.

Paisajes y plantas, todos reunidos en el museo

Gómez Cervantes añadió que el proyecto más próximo y que se espera esté listo para 2022 es el Jardín Educativo, una exhibición que explora la relación de la ciudad con los alimentos.

“Estarán las plantas que comemos, va a haber anima­les domésticos, habrá pláticas relacionadas con el tema de la alimentación. También será un espacio de usos múltiples para que los vecinos de la zona ven­gan y hagan lo que necesiten: debates, charlas, aprender de huertos urbanos y más”, des­cribió.

Otro proyecto que Gómez Cervantes coordina es el con­cepto del paisajismo al interior del museo, donde se encarga de revisar la pertinencia de las especies de plantas, su distri­bución museográfica y estéti­ca, así como los cuidados que implicarán.

“El museo será a la vez un gran jardín botánico y tendrá tres niveles, además del Jardín Educativo y todos estos espa­cios representarán los paisajes del Occidente de México”.

“El museo no trata de los biomas, los ecosistemas ni las ciencias naturales, sino de con­tar la historia que la humani­dad tiene con el ambiente que le rodea; cada una de las salas del museo busca que haya re­presentación de la fauna y la flora”, relató.

“Cada galería tendrá una terraza asociada, que son todos los jardines que estamos dise­ñando y donde estarán plantas nativas del Occidente de Méxi­co. Todo animal y planta esta­rán en contexto, como punto de discusión en la ciudad”, concluyó Gómez Cervantes.