Ingenio de universitarios del CUTonalá

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El material, desarrollado en la UdeG, se utiliza para remover colorantes que pueden provenir de la industria textil, y otros contaminantes. Las capacidades de remoción son superiores en un 200 por ciento en comparación con otros materiales absorbentes utilizados/Foto: Cortesía

Investigadores de la Universidad de Guadalajara sintetizaron un mate­rial poroso que tiene nanopartículas de maghemita (material magnético que se compone de hierro y oxígeno) sobre su superficie, cuya función es atraer contaminantes que están dis­persos en el agua.

El material tiene forma de cuadri­tos pequeños que miden aproximada­mente un milímetro por un milíme­tro, de poliacrilamida (un hidrogel). Cuando son vistos en el microscopio puede observarse que tiene poros, y sobre la superficie tienen nanopartí­culas de maghemita.

Este material es utilizado para remover colorantes que pueden provenir de la industria textil, pero también se está probando para re­mover ciprofloxacino y algún tipo de iones de metales pesados, como el arsénico.

“Estamos haciendo pruebas para demostrar la efectividad de estos ma­teriales en esas aplicaciones”, expli­có la doctora María Guadalupe Pérez García, quien es cabeza de la inves­tigación “Síntesis verde de materia­les funcionales para la remoción de contaminantes de agua”, en el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá).

Las capacidades de remoción son superiores en un 200 por ciento en comparación con los materiales absor­bentes que son comúnmente utilizados; entonces, son competitivos para susti­tuir a los materiales convencionales.

Explicó que el comúnmente utili­zado es carbón activado, que presenta alta porosidad. En cambio, los investi­gadores de la UdeG utilizan un material de poliacrilamida –un hidrogel– con nanopartículas de maghemita, que ha demostrado ser efectivo para la remo­ción de arsénico, de colorante azul de metileno y de ciprofloxacino, que es un antibiótico.

El material tendría utilidad para evi­tar que la industria textil pudiera verter sus afluentes al alcantarillado sin nin­gún tratamiento o para las industrias farmacéutica y alimenticia, que sue­len también utilizar colorantes.

Pérez García agregó que los cuer­pos de agua pueden ser también con­taminados con altas concentraciones de distintos fármacos y son muy difí­ciles de remover. El problema es que los seres humanos pueden llegar a consumir agua con concentraciones bajas de antibióticos, y cuando al­guien toma estos medicamentos sin necesitarlos, posteriormente podrían perder eficacia; de ahí la importancia de tratar el agua para retirar ese tipo de contaminantes.

La remoción es rápida. En un lapso de tres o cuatro horas remue­ve arriba de 90 por ciento en un volumen de agua de 100 mililitros y una concentración de colorante de 300 partes por millón, y 100 mi­ligramos de absorbente. “Estamos haciendo pruebas con arsénico y con ciprofloxacino, y el año que viene probablemente tengamos re­sultados”.

Para obtener los materiales se uti­lizan los llamados solventes verdes, con base en compuestos que pueden ser encontrados en la naturaleza, como el mentol con ácido acético. Estos solventes son usados para dar porosidad a los materiales.