Hombre limpia vidrios en la calle para llevar sustento al hogar

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Es aquí donde se viene uno porque no tiene trabajo, y de hecho, nosotros preferimos estar aquí limpiando vidrios y carros que estar robando y estar escondiéndonos de la policía. La gente a veces cree que somos drogadictos, pero no es así, nosotros aquí venimos a trabajar, a sacar a la familia adelante”, explicó Edgar/Foto: Francisco Tapia

La falta de empleo por la pandemia de coronavirus, lle­vó a algunos a emplearse lim­piando vidrios, un ciudadano dio su testimonio respecto a lo que debe hacer para man­tener a su familia.

Con la llegada de la pan­demia de COVID-19, mu­chos de los empleos se acaba­ron para los ciudadanos, es el caso de Edgar Rafal Cuéllar Salazar, quien tiene dos hijos y debe buscar diario la manera de llevar el sustento a su casa, encontró la manera limpian­do parabrisas en los cruces de las avenidas Ejército y 5 de Febrero, en Guadalajara.

“Mire nos dedicamos aho­rita a esto porque no tenemos empleo fijo, yo trabajo en la obra y a veces en lo que salga, pero aquí es donde estoy de fijo todos los días porque no sale el jale (el trabajo). Hay gente que se molesta pero en realidad no se dan cuenta de la necesidad que tenemos”.

Aunque ha tenido em­pleos formales, el pago ra­quítico hace que regrese a las calles, pues en este sitio logra al menos tener lo suficiente para que coman tres veces en su casa, el pago de la renta y otras necesidades.

“Mire en todo el año tra­bajo en diversos lados, estu­ve en la termoeléctrica de La Laja, pero se acabó el empleo y pues me regresé, aquí es donde acabo siempre cuando se acaba el trabajo, uno ayuda a la gente, por ejemplo, si se descompone o se pincha un carro ayudamos. Sí vinieron los del ayuntamiento y nos pidieron información, pero no hemos tenido problemas. Lo que sí es que se querían lle­var a un compañero, no lo lo­graron porque traía a un niño, pero es aquí donde se viene uno porque no tiene trabajo, y de hecho, nosotros preferimos estar aquí limpiando vidrios y carros que estar robando y es­tar escondiéndonos de la poli­cía. La gente a veces cree que somos drogadictos, pero no es así, nosotros aquí venimos a trabajar, cuando estamos aquí sabemos a qué venimos, a sa­car para la familia”.

Pero fue más allá: “Yo ten­go dos hijos y cuando llego aquí llegó a las nueve de la mañana, me tardo una hora en llegar aquí, me ando yendo a las cinco de la tarde, y me lle­vo mis 200 o 300 pesos. Yo soy consciente de las cosas y la verdad que no tengo antece­dentes penales, no tengo nada de eso, en las empresas a veces quieren pagarte 150 o 100 pe­sos, y pues no ajusta, y además de que no hay empleo, todo está muy caro, yo creo que una persona con eso no puede vivir, yo también digo, mire, mi esposa trabaja, ya junta­mos los dos sueldos y gracias a Dios hacemos las tres comi­das, pero falta mucho”.

La temporada decembrina ha sido muy complicada para él y su familia. A duras penas logró reunir algo para que el 25 de diciembre sus hijos vieran un regalo en el árbol navideño. Pero ya se le ter­minaron los recursos y espera que en la cena de año nuevo pueda al menos tener un plato de frijoles, algo que ayude a estar en familia, producto de su trabajo en este crucero.

“A ver ahora en año nuevo lo que sale, yo creo que a ve­ces pues aunque sea frijolitos pero vamos a estar en familia, porque ya no alcanza, ya se fue todo el 24, y ya el Día de Reyes pues está más difícil, a lo mejor llevo una rosca a mi casa si me dan, pero mire, yo aquí llevo para mis hijos. Uno se da cuen­ta de que la gente está gastada pero aquí sale para comer ben­dito Dios; es cosa de buscarle”.

Y aunque la situación es cada día más difícil, ve con ánimo la posibilidad de tener una fuente de ingreso.