Aspirantes con antecedentes de violencia de género quedarían fuera: Morena

Por Elizabeth Ríos Chavarría

Fotografía relevante a la nota.

“La probidad debe ser el requisito de elegibilidad porque no basta con comprometerse con la igualdad y la vida libre de violencias, sino ser congruentes en la vida cotidiana”, explicó Laura Imelda Pérez, diputada federal por Morena/Foto: Especial

Laura Imelda Pérez Segu­ra, diputada federal por Jalis­co de Morena, presentó una iniciativa de reforma a fin de establecer como requisito de elegibilidad, para ser legis­lador, el no tener condena o sanción alguna por violencia familiar, doméstica o agre­sión de género en el ámbito privado o público.

A decir de la morenista, el objetivo de la propuesta es claro: evitar que quienes re­presenten al pueblo mexicano, ya sea en lo estatal o federal, sean personas con probidad y calidad moral para trabajar.

“La probidad debe ser el re­quisito de elegibilidad porque no basta con comprometerse con la igualdad y la vida libre de violencias, sino ser con­gruentes en la vida cotidiana. Hoy lo personal es político, y no se debe permitir agresores ejerciendo cargos públicos al amparo de la ley”.

Bajo la premisa de que no puede seguir gestándose en las instituciones del pueblo la impunidad, señaló que su pro­puesta contempla reformas a la Ley General de Institucio­nes y Procedimientos Elec­torales, para establecer como requisito de elegibilidad –a quien aspire a una diputación- no haber sido condenados por lo ya mencionado, y por delitos sexuales, contra la li­bertad sexual o ser un deudor alimentario.

Dijo que en la reforma está contemplado un artícu­lo transitorio con la finalidad que los congresos locales de las 32 entidades adopten estas disposiciones para quienes pretendan contender por un cargo de representación local.

En este sentido recalcó la labor que implementó el Insti­tuto Nacional Electoral (INE) para que los partidos políticos asumieran el compromiso no solo de impulsar circunstan­cias iguales entre sus can­didatos mujeres y hombres, sino que ninguno de estos contaran con antecedentes de violencia, sin embargo, estos se quedaron cortos.

Recordó que incluso se quiso fomentar la 3 de 3 con­tra la violencia, sin embargo, solo se pudo conseguir una muestra de mil 777 candi­datos, en la que se concluyó que solo tres contaban con elementos suficientes para acreditar el cumplimiento de la misma.

Esto falló, añadió, porque el ejercicio se comenzó tar­de, no se contaban con bases jurídicas para solicitar infor­mación del tema a otras ins­tituciones y porque no había obligación legal de homolo­gar registros y por ende ele­mentos para cancelar alguna candidatura. De ahí la necesi­dad, insistió, de impulsar ac­ciones a fondo para evitar que agresores de mujeres lleguen a cargos públicos.

“Por lo que resulta indis­pensable reforzar su meca­nismo de actuación y otorgar garantías jurídicas, para que su aplicación sea correcta, vinculante y genere un cam­bio cultural de fondo”.