Está tomada por indigentes y pedigüeños: Vecinos

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Desde el Parque Morelos hasta los límites con la avenida Washington, la calzada Independencia se ha convertido en zona de indigencia por la cantidad de sin techo y drogadictos que están por la calle, que se quedan a vivir en las banquetas y que causan destrozos, según vecinos y comerciantes/Foto: Francisco Tapia

En zona de indigencia se convirtió la Calada Indepen­dencia de Guadalajara, hay una gran cantidad de pedi­güeños que hicieron de la ca­lle su hogar.

Desde el Parque Morelos hasta los límites con la aveni­da Washington, la calzada In­dependencia se ha convertido en una zona de indigencia por la fuerte presencia de indi­gentes que están por la calle, que se quedan a vivir en las banquetas y que causan des­trozos según se quejaron los vecinos y comerciantes.

“Es una porquería, llena de caca de gente, aquí tene­mos que estar barriendo dia­rio y poniéndole cloro porque huele espantoso, como que ya les gustó venir a cagarse y mearse aquí y pues por qué nosotros tenemos que estar soportando esto, es algo que debería de evitar la autoridad, no sé si se los deben de lleva a algún lado o qué, pero son una peste y está mal hablar así de un ser humano pero eso son, llegan a donde sea y pudren todo, es algo que debe de arreglar el ayuntamiento o la policía, yo no sé a quién le toque pero sí les hacemos un llamado a quien le correspon­de”, dijo una de las comer­ciantes establecidas por la calzada Independencia casi al cruce con la calle de Madero.

“Aquí se vienen los bo­rrachitos, los mariguanos, es una zona ya muy insegu­ra, nada más porque el local pues es nuestro y el negocio tiene muchos años ya, pero sí quisiéramos que la policía vi­niera y se los llevara, que los lleven a un albergue y que les den opciones, que nos las den a nosotros también, porque sí necesitamos que se limpie aquí”, agregó.

Recorrimos la zona y vi­mos que es cierto que hay una gran cantidad de indigentes, de drogadictos y de personas que inspiran desconfianza.

Caminar por las banque­tas de esta zona, entrega una sensación de miedo y por las noches aún más.

Por ello, es urgente que las autoridades acudan a evaluar la zona y se reúnan con los vecinos y comerciantes quie­nes piden que haya atención a la gran población flotante de indigentes que se estacionan en esta zona.