Abunda la inseguridad; las banquetas están rotas: Habitantes

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Además de patrullaje y alumbrado público, hace falta que mejoren las banquetas de esta parte de Guadalajara, pues cualquier persona puede caer en hoyancos como este/Foto: Francisco Tapia

En pésimas condiciones se encuentran las baquetas en los alrededores del Parque Revolución, en Guadalajara.

Desde agujeros en plena banqueta hasta postes de luz y jardineras, hay una gran cantidad de obstáculos que vuelven peligroso a los pea­tones caminan por la acera.

“La verdad que sí está muy mal, porque hay algunas partes donde están muy an­gostas y una persona con silla de ruedas no pasa, un primo mío está en silla de ruedas y la verdad que cuando tene­mos que salir por algo, tene­mos que andar cruzando la calle para poder pasar aquí por la de Penitenciaría, y tam­bién por la de Rayón, es muy desesperante porque aquí vi­vimos y no podemos irnos a otro lado”, dijo Omar Cisne­ros Ponce, uno de los vecinos entrevistados.

“Cada que cambian de presidentes municipales es lo mismo, arreglan muchas cosas pero las banquetas aquí no las tocan y no sé por qué, no sé si no les interesa o si es que aca­so hay zonas que tienen prio­ridad a otras, pero aquí pasa muchísima gente sobre todo porque aquí enseguida está el tren ligero y entonces pues no piensan en los demás si quie­ren ser inclusivos deberían de pensar en las personas con si­lla de ruedas en los ancianos en la gente en general”.

Tras una denuncia ciuda­dana que recibimos en la re­dacción de Página 24 acu­dimos a la zona en cuestión para hacer una inspección ocular de lo señalado.

Encontramos que en efec­to hay muchos obstáculos para el peatón que se decide a caminar por estas banquetas.

Incluso vemos cómo hay un socavón que se ha formado en plena esquina de los cruces de Prisciliano Sánchez y la calle Penitenciaría.

Vecinos de la zona pidie­ron al presidente municipal tapatío Pablo Hernández Na­varro atención especial a esta situación.

El llamado pues fue al al­calde para que revise la segu­ridad de la banqueta.